La industria financiera se encuentra en pleno proceso de transformación, impulsado por la creciente digitalización y la presión regulatoria y se mueve en un entorno muy competitivo donde la adopción de un modelo de Open Banking se antoja fundamental para poder ofrecer una experiencia de cliente que satisfaga las demandas de los consumidores y permita hacer frente a las amenazas de nuevos competidores.
El Open Banking es una filosofía que busca liberalizar el tratamiento de los datos bancarios de los consumidores, para que puedan ser tratados por terceros que cuenten con el consentimiento de los titulares del dato.
Su principal objetivo es favorecer la innovación bancaria y el desarrollo de nuevos productos y servicios, incrementando la competencia en el mercado bancario, facilitando la participación de nuevos players y permitiendo al consumidor ejercer control sobre sus propios datos financieros, pudiendo seleccionar con quién comparte sus datos y con qué finalidad.
Los bancos pierden el monopolio sobre los datos de sus clientes, y deben afrontar la competencia de nuevos participantes, pero a cambio pueden incrementar la oferta de valor e incrementar la eficiencia de sus procesos.
El concepto de Open Banking se apalanca:
• En la creación de la figura del Third Party Provider (TPP) como actor del mercado que puede prestar servicios de pagos sin mantener la cuenta bancaria del cliente.
• En el uso de APIs como protocolo de comunicación entre aplicaciones que exponen y dan acceso a terceros a la arquitectura de datos de la entidad publicadora.
Las entidades, tanto financieras como no financieras pueden impulsar nuevos modelos de negocio o crecer en los existentes buscando una mejor experiencia de cliente, ampliar la oferta de productos y servicios o ampliar los mercados en los que actúan.
El Open Banking, permite a través del uso de APIs:
• Capturar información de otras entidades “competidoras” para personalizar la oferta de productos y servicios y detectar oportunidades de cross selling.
• Evitar accesos de terceros no controlados.
• Ofrecer nuevos canales de integración más eficiente que las conexiones host to host.
Adicionalmente posibilita modelos de negocio alternativos:
• Banking as a Service donde una entidad financiera puede ofrecer sus servicios financieros como marca blanca, ofertándolos bajo la marca propia de otra entidad, que actúa como banco “virtual”, de forma que monetice las inversiones en infraestructura, obtenga un beneficio por prestar servicios financieros a terceros y aproveche las economías de escala.
• Banking-as-a-Platform donde una entidad financiera disponibiliza su plataforma para que entidades terceras ofrezcan sus productos y servicios a sus propios clientes, de esta forma puede incrementar su catálogo buscando cubrir necesidades adicionales que, ya sea por su naturaleza, complejidad o necesidad de inversión, no desarrollaría de forma interna.
El Open Banking es el resultado de un impulso de los reguladores por incrementar la competencia y la transparencia en el sector bancario y por ello, son muchos los países en que han implementado o están en proceso de desarrollo de modelos de Open Banking.
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