El sector financiero está inmerso en una profunda transformación impulsado por una realidad cambiante en la que convergen dinámicas de carácter estructural como son: las derivadas de la transformación digital y en particular de la irrupción de la inteligencia artificial, las provocadas por la transición energética (en respuesta a los desafíos del cambio climático) o los efectos de la pérdida progresiva de liderazgo de Occidente; con otras graves cuestiones de carácter coyuntural (como son los conflictos armados). Además, el escenario macroeconómico es incierto, con una inflación persistente y un débil crecimiento que se suma a fuertes exigencias regulatorias.
Con relación a la regulación y supervisión, los requerimientos son más numerosos, más exigentes y afectan a más ámbitos (capital, provisiones, estructura de balance, liquidez, apalancamiento, conducta, etc.), a cambio de una mayor seguridad y solvencia del conjunto del sistema, lo que merma la rentabilidad de las entidades de forma estructural; y los costes directos de adaptarse a ellos están siendo muy significativos para las entidades. Pero se aprecia a la vez una cierta estabilización de esta dinámica en el medio plazo, a medida que el proceso de transformación regulatoria y supervisora vaya concluyendo.
En cuanto a la transformación digital, destaca la aparición y el rápido proceso de adopción de la inteligencia artificial, un desafío de enormes proporciones dado su potencial transformador. El aumento exponencial de datos y capacidades de almacenamiento, procesamiento y modelización avanzada, con menores costes asociados; el cambio de comportamiento de los clientes, hacia un perfil más digital e informado; y la aparición de nuevos competidores fuertemente apalancados en la tecnología, impactan de lleno en el modelo de negocio de las entidades.
Finalmente, cabe destacar el rol activo que está asumiendo la banca en materia de sostenibilidad (ESG), convirtiéndose en un actor fundamental en el proceso de cambio de los sistemas productivos de la economía (más verdes y socialmente responsables).
La respuesta de las entidades financieras a estos importantes desafíos se sustancia de manera muy evidente en cuestiones tan relevantes como: la incorporación de la dimensión digital en el pensamiento estratégico con foco en la eficiencia; el compromiso con la sostenibilidad de los negocios; la mejora de la experiencia del cliente; el foco en la rentabilidad y solidez financiera, la gestión proactiva de los riesgos con especial atención a los de impacto social; o la revisión de los planes de continuidad de los negocios.
Una actividad especialmente impactada por los avances tecnológicos está siendo la de pagos. Las entidades financieras se enfrentan a grandes desafíos en este campo, destacando: un universo de clientes cada vez más sofisticados y digitales que demandan eficiencia y excelencia en el servicio que se les presta (on-boarding digital, capacidades multi y omnicanal, auto-servicio, conexiones directas con sus sistemas propios, etc.); una variedad de productos y servicios cada vez mayor; un mercado con nuevos players (Fintechs, Bigtechs, etc.) en el que hay que convivir con modelos de volumen/escala (flow) y de nicho/especialista (sofisticación); un contexto con un marcado impulso hacia la globalización sobre la base de nuevas directrices regulatorias orientadas a incrementar tanto la transparencia como la competencia y donde se abren oportunidades de actuación conjunta de forma sindicada o a través de asociaciones; y una realidad tecnológica que ofrece palancas para dar respuesta a un entorno cambiante, pero que también exige un esfuerzo para modernizar las infraestructuras de sistemas Front-to-Back obsoletos que han ido creciendo de forma desorganizada y restringen el crecimiento.
Nuestra práctica
Management Solutions presta servicios a todos los tipos de entidades que conforman este mercado.
Desde un profundo conocimiento del sector, nuestros profesionales poseen una dilatada experiencia en cualquiera de los retos actualmente vigentes.
Todas nuestras áreas de especialización son aplicables a esta práctica. Adicionalmente, hemos desarrollado servicios específicos que responden a requerimientos propios del sector. Destacamos especialmente los relativos a actividades de Banca Mayorista (Tesorería, Mercado de Capitales, Asset Management, Medios de Pago, etc.), el negocio de Banca Comercial y de Particulares (modelos de distribución, conocimiento del cliente, multicanalidad y experiencia del cliente, etc.), la gestión de los riesgos del negocio financiero (en cualquiera de sus facetas), la optimización de los recursos propios consumidos, así como el cumplimiento de normativas aplicables.